Un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, coliderado por el proyecto GCAT-Genomes for Life del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP) de Badalona, examinó la asociación entre anticuerpos antivirales, síntomas de la COVID-19 y exposición prolongada a la contaminación atmosférica en una cohorte de Cataluña.[1]
“Nuestro estudio, que proporciona claramente la evidencia científica más sólida sobre este tema, muestra que la contaminación crónica del aire no aumenta la incidencia de la enfermedad por la COVID-19 pero, en caso de infectarse, el riesgo de COVID-19 grave es mayor si la persona ha estado expuesta a la contaminación del aire”, explicó a Univadis España el Dr. Manolis Kogevinas, primer autor del estudio publicado en Environment Health Perspectives.
“Este es el estudio más grande que se ha hecho con información detallada sobre el estilo de vida individual, el estado socioeconómico, las condiciones médicas, la exposición a la contaminación del aire y, muy importante, que incluye una gran población con pruebas de anticuerpos” comentó el investigador y también director científico de la distinción Severo Ochoa en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Estudios previos sobre contaminación del aire y COVID-19 se han basado en casos confirmados, que fueron diagnosticados, pero no tuvieron en cuenta casos asintomáticos o que no se diagnosticaron.[2,3] “Nuestro estudio marca una gran diferencia en comparación con otros estudios porque se ha visto que entre un 30 y un 40% de las personas infectadas por el SARS-CoV-2 eran asintomáticas. Pudimos identificarlos porque nuestra prueba inmunológica basada en una detección avanzada de laboratorio de anticuerpos IgM, IgA e IgG se realizó en casi 5.000 personas”, añadió el Dr. Kogevinas.
De esta manera, el equipo investigador decidió combinar la tecnología Luminex, desarrollada por otro grupo, liderado por la investigadora del ISGlobal Carlota Dobaño, para medir una serie de anticuerpos frente a la COVID-19 en una cohorte de individuos residentes en Cataluña (la cohorte COVICAT), con información sobre la exposición residencial de estos individuos a contaminantes atmosféricos como: dióxido de nitrógeno (NO2), partículas finas (PM2,5), hollín y ozono.[4] La tecnología Luminex se ha utilizado para medir el nivel y tipo de anticuerpos IgA, IgM o IgG frente a seis antígenos diferentes del SARS-CoV-2 a partir de la misma muestra, así como la presencia de anticuerpos contra los cuatro coronavirus que causan el resfriado común.
“Nuestra hipótesis fue que la contaminación del aire se asociaba con la COVID-19 clínica y con una enfermedad más grave. Si estuviéramos en lo cierto, también deberíamos encontrar una mayor respuesta de anticuerpos a IgG que se asocia con una mayor gravedad. Por lo tanto, nuestros resultados sobre respuesta inmunológica realmente refuerzan los hallazgos clínicos sobre hospitalizaciones y COVID-19 grave”.
Respecto a las limitaciones del estudio, el Dr. Manolis Kogevinas, explicó que les hubiera gustado medir la contaminación del aire también en las casas (contaminación del aire interior). “De hecho, comenzamos un estudio en Barcelona con sensores de la contaminación dentro de las casas, pero tuvimos que detenernos debido a las medidas de confinamiento”.