En diciembre de 2019, un brote de neumonía de causa desconocida, y con frecuente evolución mortal, se presentó en personas vinculadas con un mercado de mariscos y animales vivos en la ciudad de Wuhan, China. De inmediato, las autoridades sanitarias chinas informaron que el brote infeccioso se produjo por un nuevo coronavirus. Desde los primeros días de enero de 2020 las instituciones de salud chinas concedieron gran importancia a la enfermedad, y adoptaron medidas para su control y la atención médica a los enfermos; al mismo tiempo, los centros de investigación trabajaban en la identificación del virus. El 9 de enero de 2020, investigadores chinos hicieron pública la secuencia genética del nuevo virus, que fue coincidente en 79,5 % con la secuencia del virus SARS CoV, por lo que fue nombrado SARS CoV-2.(1,2)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó la existencia del nuevo coronavirus y lo nombró como 2019-nCoV, y a la neumonía causada por la infección viral como nueva neumonía por coronavirus COVID-19. Mientras, el Comité Internacional de Taxonomía de Virus (ICTV) aprobó para el virus el término SARS-CoV-2.(3)
La propagación de la COVID-19 –favorecida por la elevada transmisibilidad del virus y el volumen y rapidez del tráfico internacional de personas y mercancías– alcanzó la categoría de pandemia en marzo de 2020. La susceptibilidad general existente para el SARS Cov-2 como agente etiológico en la población mundial, con una elevada tasa de transmisión, ha favorecido su amplia penetración en las comunidades humanas. Ello ha originado grandes cadenas de transmisión a partir de casi la totalidad de los individuos infectados; incluida, en su espectro clínico, una proporción importante de pacientes graves, críticos y fallecidos. Lo cual provocó, desde los primeros meses de 2020, una tasa de letalidad promedio mundial superior a 7 %.(3) En los primeros cuatro meses posteriores a su identificación, la COVID-19 enfermó a más de 4 000 000 de personas en el mundo, y causó casi 300 000 muertes.(4)
Los coronavirus se transmiten principalmente por vía respiratoria, y también a través de la ruta fecal-oral. La incidencia de infecciones por estos virus es frecuente en invierno y primavera. El período de incubación suele ser de tres a siete días. El 2019-nCoV es un coronavirus con mutaciones antigénicas. Su período de incubación puede ser tan corto como un día y, generalmente, se puede extender hasta los 14 días.(5)
Al inicio de la pandemia por COVID-19, 80 % de los infectados tenían pocas manifestaciones o eran casi asintomáticos, 15 % desarrollaban un cuadro clínico completo, y 5 % llegaban a estadios graves y críticos.(6) La mayoría de los fallecidos está compuesta por adultos mayores, inmunodeprimidos, o personas con alguna comorbilidad (hipertensión arterial, diabetes mellitus, cardiopatías, asma bronquial y neoplasias, entre otras); estos factores los hacen más vulnerables a complicaciones que comprometen la vida. Generalmente manifiestan una neumonía grave que los lleva al estado crítico y, posteriormente, a la muerte.(7)
Hasta el 29 de julio de 2020, la OMS registró 185 países afectados en el mundo por la COVID-19, con un acumulado de 16 709 616 casos confirmados, 660 130 fallecidos y una tasa de letalidad de 3,95 %. En la región de las Américas se reportaban 8 988 101 contagiados, 346 789 fallecidos y una tase de letalidad de 3,85 %.(8)
En Cuba al cierre del 29 de julio de 2020, se reportaron 2 597 enfermos, 406 personas ingresadas en instituciones para vigilancia clínico-epidemiológica, y 3 436 se observaban en sus hogares. Del total de 2 597 enfermos, 2 234 eran contactos de casos confirmados y 199 tenían fuentes de infección en el extranjero. Se acumulan 122 casos en los que no se identificó la fuente de contagio y 1433 fueron asintomáticos. Se acumularon 87 fallecidos, dos evacuados y 2 355 recuperados.(8)
El rápido incremento de los casos confirmados de esta enfermedad en la provincia Ciego de Ávila a partir del mes de abril de 2020, sobre todo en el municipio Ciego de Ávila, motivó a los autores a realizar esta investigación. Su objetivo es caracterizar desde el punto de vista epidemiológico los pacientes con COVID-19 del municipio Ciego de Ávila, confirmados en el período comprendido entre el 19 de marzo y el 29 de julio de 2020.
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