Este martes 13 de junio falleció el doctor Dr. Felipe Genaro Aragón Rojas, tras dedicar casi por entero sus ocho décadas de vida al sistema de salud pública avileño. Graduado de Medicina en La Habana, en 1970, carrera que mantuvo de forma simultánea con labores de dirección en la provincia de Camagüey, Aragón regresó a su provincia y se estrenó como médico en Júcaro.
Fue merecedor en vida, de la Orden Simón Reyes y la condición de Hijo Ilustre de Ciego de Ávila.
En 1977, estaba al mando del Hospital Doctor Antonio Luaces Iraola. Bajo su guía este centro duplicó su tamaño y se comenzó la construcción del Hospital Roberto Rodríguez, en Morón.
Cumplió misiones internacionalistas en varias oportunidades.
Hasta hace pocos años, también dirigía en el Antonio Luaces el equipo de expertos dedicados a la cirugía por mínimo acceso, el único del país que practicaba la cirugía de colon con esta técnica.
Era de aquellos de la vieja guardia que iban quedando, que se nos van perdiendo en el tiempo y los recuerdos. Mis primeras memorias de la Carrera de Medicina, el paso a la vida laboral, las primeras reuniones van ligadas a este hombre que hoy dice adiós, nos comenta el Dr. Reynaldo Pablo García Pérez. Le conocí, hace más de 30 años, cuando su pelo de «indio» era muy negro.
Fui su alumno en Administración de Salud, para esa época ya el Dr. Aragón tenía una amplia trayectoria, respetado y conocido por todos dentro de la comunidad médica a la que dedicó más de 50 años de su vida.
Siempre le evoco, pausado, flemático, jamás le escuché gritar a un subalterno. Hay seres que nacen para dirigir, administrar y en eso, él fue de los mejores.
Desde edades tempranas se destacó como cuadro directivo y tuvo una vida de activa militancia, en cuyas filas llegó a ocupar cargos como Miembro del Buro del PCC provincial.
Alcanzó los títulos de Especialista de 2do Grado en Teoría y Administración de la Salud Pública y Especialista de 2do grado en Higiene y Epidemiología.
Fue Director del Hospital, Subdirector de Salud en el Municipio de Ciego y Florida, antes de la actual división político – administrativa de la antigua provincia de Camagüey en 1976.
Se desempeñó durante 20 años, como Director Provincial de Salud en Ciego de Ávila y luego se mantuvo vinculado al Sectorial Provincial hasta fechas recientes.
En la vida es justo rendir honor a quien merece, por eso le escribo con respeto estas breves pero sinceras líneas a modo de despedida.
Ya él no podrá leerlas, pero conservaré en mi memoria nuestras conversaciones, su trato afable y el saludo que jamás faltó en la calle, en las tertulias de jubilados en el Parque Martí de nuestra ciudad donde fue «Puchulo» para todos.
A Felipe Aragón lo que le sobró siempre fue su humildad:
– Que tal mijo!!
Siempre contó que provenía de una familia pobre, padre zapatero remendón y plomero…y una madre ama de casa.
Sus hijos (y me consta) jamás fueron los hijos de papá.
Estudiantes de excepcional rendimiento académico, cariñosos y sociables, se ganaron con su talento y sacrificio sus títulos y los grandes logros que han alcanzado en el ejercicio de su profesión.
Felipito y Lensky son brillantes Cirujanos que llenaron de orgullo y regalaron lindos nietos a «su viejo».
Siempre comentó que a su muerte quería le acompañara, pues vivía orgulloso de su terruño.
Descanse en paz el Director emblemático, el profesor para todos sus compañeros en la dirección de Salud. Un excelente estratega, amigo de tantos.
Su nombre queda grabado en la historia de Ciego de Ávila y en cada uno de los países donde cumplió misión Internacionalista.
Con su partida, la Salud Pública cubana pierde a uno de sus más reconocidos profesionales y dirigentes.
Lleguen a sus hijos, que más que colegas son amigos estimados, nuestras más sentidas condolencias en nombre de sus compañeros de estudio o trabajo y de su amado pueblo avileño.
«Cada persona que pasa en nuestra vida es única. Ella deja un poco de sí misma y se lleva un poco de nosotros. Hay quienes se habrán llevado mucho, pero no hay quien no haya dejado nada».
Las gentes que forman parte de nuestras vidas, a veces marchan antes a otra dimensión, sus seres queridos y amigos le reencontrarán en otro momento y quizás hasta podrán compartir un café. En el más allá, aquellos que partieron antes, te recibirán con la misma devoción que pusiste en tantos años de trabajo, de espíritu incansable, con esa energía vital que siempre mostraste.
EPD DR. Felipe Aragón Rojas.