El hígado y el páncreas son órganos vitales del sistema digestivo. Las anomalías en ellos pueden provocar enfermedades graves debido a sus complejas estructuras y funciones.

Es reconocido que el uso del alcohol es uno de los principales factores que contribuyen a la inflamación de estos órganos. También afectan al sistema cardiovascular, endocrino, riñones, circulación sanguínea, proceso de coagulación, así como el deterioro del sistema inmunológico, que conduce a infecciones graves y sepsis.

Estas afecciones alteran la calidad de vida, tanto física como mental, el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno dan como resultado una disminución de la gravedad de la enfermedad y una reducción de las tasas de mortalidad.

Las enfermedades del hígado como la cirrosis hepática y el cáncer son más propensas a ocurrir en hombres que en mujeres con factores de riesgo particulares que contribuyen, incluido el consumo excesivo o crónico del alcohol.

La pancreatitis se produce cuando las enzimas digestivas se activan antes de ser liberadas en el intestino delgado y estas enzimas comienzan a atacar el páncreas y provocan inflamación.

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