Ir a la Biblioteca Médica Nacional es un privilegio. Está en plena Rampa Habanera, todo está pulcro, hermoso y con significados, conoces a personas tan consagradas como la Dr.C. María del Carmen González, la conservadora Deyamira, Lisbeth y Laura en su labor de digitalizar, Rumalda desde la sala de navegación o el Aula Multipropósito, hasta a cada uno de los 17 trabajadores que comanda su atenta Directora Yanet.
Y lo más importante: adviertes que lo que nació como una hemeroteca en 1965, y que es parte del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, atesora más de 16 mil títulos de revistas y más de 14 mil libros. Atemperada a estos tiempos, se encuentra ahora en el proceso de digitalización de todo el patrimonio bibliográfico cubano, en lo que a revistas se trata.
Suceden allí a diario solicitudes y búsquedas de bibliografía para investigaciones diversas, ya sean presenciales o en línea, asesorías sobre utilización de fuentes informativas, coordinaciones con bibliotecas de instituciones, actividades Del Autor y su obra y las comunitarias… entre otros productos y servicios.
Los tiempos exigen reinventarse y atraer público. En ese camino, y también necesitada de proyectos y fondos que contribuyan a financiar las mejoras que requiere su infraestructura, anda el colectivo de la biblioteca médica, y la red que comprende. El superobjetivo es que el que hoy por hoy trasciende como, uno de los servicios especializados más vitales de Infomed, a sus más de 3 décadas de existencia, siga siendo útil, pero también moderno y fresco.
Por: Mylenys Torres