Una investigación publicada en el American Journal of Preventive Medicine revela que el consumo elevado de alimentos ultraprocesados está directamente relacionado con un mayor riesgo de mortalidad por cualquier causa.
El estudio analizó datos de 239 982 participantes entre 30 y 69 años en ocho países, encontrando que por cada 10% de aumento en la ingesta calórica de estos productos, el riesgo de muerte prematura se incrementa en un 2.7%.
Los alimentos ultraprocesados, que según el sistema de clasificación NOVA son formulaciones industriales con múltiples ingredientes artificiales, representan más del 70% del suministro alimentario en países como Estados Unidos.
Estos productos incluyen carnes procesadas, snacks artificiales, bebidas azucaradas y algunos cereales, caracterizándose por su alto contenido de aditivos, edulcorantes, sal y grasas no saludables.
Las cifras son alarmantes: entre 2017 y 2018, se estimaron 124 100 muertes atribuibles al consumo de estos alimentos en Estados Unidos y 17 781 en Reino Unido.
El impacto varía significativamente por país, desde un 4% en Colombia hasta casi 14% en Estados Unidos y Reino Unido. En comparación, en 2021 Estados Unidos registró 70 601 muertes por sobredosis de opioides, cifra considerablemente menor que las asociadas a los alimentos ultraprocesados.
Los investigadores hacen un llamado urgente a implementar medidas concretas, incluyendo la actualización de guías dietéticas nacionales, el desarrollo de políticas públicas que promuevan el consumo de alimentos frescos y una regulación más estricta de la comercialización de estos productos.
El estudio refuerza hallazgos previos que vinculan los alimentos ultraprocesados con 32 problemas de salud, entre ellos enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes tipo 2 y trastornos mentales.
Esta investigación proporciona evidencia contundente sobre la necesidad de cambiar nuestros hábitos alimenticios y replantear las políticas de salud pública frente a la industria alimentaria. Los resultados destacan la importancia de optar por alimentos frescos y mínimamente procesados como estrategia para proteger la salud y prolongar la esperanza de vida.
