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Medicina natural y tradicional: El aguacate, pero las hojas…

No hay dudas de que muchas personas confían en las plantas medicinales para el cuidado de su salud. La pregunta de cómo y para qué usarlas de manera adecuada siempre está presente, y en la respuesta a dicha interrogante podrían influir criterios diversos. Ciencia y tradición, o viceversa, constituyen una lógica referencia, pero a veces también el desconocimiento y la charlatanería han guiado a no pocos hacia una inapropiada utilización de estas modestas aliadas del hombre.

Con el objetivo de ilustrar acerca del buen uso de las plantas medicinales cubanas, o de aquellas disponibles en el país, estaremos periódicamente dedicando espacios en esta columna. Hoy comenzamos, pero vale antes comentar que una fuente confiable para revisar sobre el tema es el sitio web de Tramil (https://www.tramil.net/es).

Este es un programa de investigación aplicada a la medicina tradicional y popular del Caribe, cuyo propósito es racionalizar las prácticas de salud basadas en el uso de partes de plantas medicinales, con el fin de ofrecer una herramienta para la formación de médicos, farmacéuticos y personal de salud en general, especialmente los vinculados a programas de atención primaria. Desde 1982, Tramil se ha extendido prácticamente a todos los territorios que tocan el mar Caribe, incluyendo Cuba, donde el siempre recordado profesor Francisco Morón Rodríguez( y otros investigadores nuestros han contribuido con sus aportes al desarrollo de la Farmacopea Vegetal Caribeña.

Tramil utiliza una metodología etnofarmacológica uniforme y valida los usos tradicionales de las plantas medicinales a través de un colectivo de científicos colaboradores. Asimismo, pone a disposición de los pueblos y del personal indicado, información práctica y demostrada acerca del tratamiento de ciertas afecciones con plantas medicinales, de acuerdo con la tradición popular. La recomendación de uso de la parte de una planta en específico es avalada por una o varias de las siguientes instancias:

– el empleo significativo tradicional documentado en las encuestas Tramil,

– los estudios de toxicidad,

– la validación farmacológica y/o la información científica publicada.

Una vez identificada esta fuente confiable de información, les propongo entonces comentar acerca de una especie muy apreciada por su fruto, pero que también resulta tener propiedades medicinales. Me refiero a la Persea americana Mill., el popular aguacate. Este es un árbol de hasta 20 metros de altura, originario de América tropical, pero que se cultiva en las zonas tropicales y subtropicales del mundo.

Del aguacate, la tercera edición de la Farmacopea Vegetal Caribeña recomienda el empleo de sus hojas en el tratamiento de la amenorrea, el asma bronquial, las bronquitis, la tos, las flatulencias, la infección urinaria y el dolor de cabeza. Para todas las indicaciones, excepto el dolor de cabeza, la forma de preparación sería elaborando una decocción con 20 gramos de hojas bien troceadas, aproximadamente cuatro cucharadas del material vegetal. Este se coloca en un recipiente con un litro de agua, se tapa y se deja hervir por cinco minutos. Luego se pone a enfriar, se filtra y se bebe una taza, equivalente a 250 mililitros, tres veces en día. En el caso del dolor de cabeza se deben lavar adecuadamente las hojas frescas, en cantidad suficiente para aplicar sobre la frente, donde se dejan por espacio de 15 minutos. Este procedimiento se repite, si es necesario, tres veces en el día.

A lo anterior se agrega, de acuerdo con un texto mexicano de 2015 y algunos artículos científicos publicados, el efecto beneficioso sobre los perfiles glicémico y lipídico de los extractos acuosos de las hojas de aguacate. Para este fin se prepara una decocción, siguiendo de manera similar el procesamiento y la forma de consumo descritos anteriormente. La diferencia está solo en la cantidad del material vegetal a utilizar, en este caso se recomienda emplear siete hojas para un litro de agua.

Existen algunas precisiones necesarias que se deben tener en cuenta para el uso adecuado de las plantas medicinales en general y del aguacate en específico. Primero, se debe considerar que ninguna preparación debe guardarse por más de 24 horas, ni fuera de refrigeración. Además, se sabe que en muchos casos las plantas medicinales no han sido adecuadamente estudiadas para validar su empleo durante el embarazo, la lactancia y en niños. En el particular del aguacate, su consumo pudiera provocar aborto y no se recomienda en infantes menores de seis años. Por los riesgos de la interacción documentada con warfarina y con inhibidores de la enzima monoaminoxidasa se debe evitar la ingesta de la decocción del fruto en personas que toman esos medicamentos.

Por último, y no menos importante, el uso del aguacate y de cualquier planta medicinal puede ser un recurso siempre a mano desde el hogar, pero no sustituye el papel del médico en el establecimiento de un diagnóstico y la decisión del tratamiento correspondiente. En ocasiones basta utilizar, digamos, las hojas de aguacate para aliviar un dolor de cabeza leve, pero ante enfermedades más serias tal como una crisis de asma bronquial, la opción de un cocimiento de las hojas sería un complemento al tratamiento farmacológico convencional, siempre que no exista una contraindicación para su uso.

Y bueno, lo anterior no niega el valor de las plantas medicinales. La tradición ha traído esos saberes ancestrales hasta nosotros, mientras que la ciencia poco a poco ha ido validando su empleo. Nos toca mantener y llevar todavía adelante el uso racional y científico del aguacate y las plantas medicinales en general para un mejor cuidado de nuestra salud… ¡Desde lo natural!

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