La anemia es una afección en la que el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina que contienen son inferiores a lo normal. La hemoglobina es una proteína necesaria para transportar oxígeno. Cuando una persona tiene muy pocos glóbulos rojos, estos son anómalos o no contienen suficiente hemoglobina, se reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a los tejidos del organismo, lo que puede causar síntomas como agotamiento, debilidad, mareos y dificultad para respirar, entre otros. La concentración óptima de hemoglobina que permite satisfacer las necesidades fisiológicas varía según la edad, el sexo, la elevación sobre el nivel del mar, el tabaquismo y el embarazo. La anemia puede deberse a varios factores: carencias nutricionales debidas a un régimen alimentario inadecuado o a una absorción insuficiente de nutrientes, infecciones (por ejemplo, paludismo, infecciones parasitarias, tuberculosis, infección por el VIH), inflamaciones, enfermedades crónicas, afecciones ginecológicas y obstétricas y trastornos hereditarios de los glóbulos rojos. Las causas nutricionales más frecuentes son la carencia de hierro, aunque las de folato, vitamina B12 y vitamina A también son causas importantes.
La anemia es un grave problema de salud pública en el mundo que afecta particularmente a los niños pequeños, las mujeres en toda su vida fértil (a causa de la pérdida de sangre durante la menstruación), las embarazadas y las puérperas. La OMS calcula que la anemia afecta a un 20% de los niños de 6 a 59 meses de edad, un 37% de las embarazadas y un 30% de las mujeres de 15 a 49 años.
Síntomas
La anemia puede causar una serie de síntomas inespecíficos, como agotamiento, debilidad, mareos, somnolencia y dificultad para respirar, sobre todo al hacer ejercicio. Los niños y las embarazadas son especialmente vulnerables y entre ellos se dan los casos de anemia más graves, con riesgo de muerte. Se ha comprobado que la anemia por carencia de hierro (ferropénica) también trastorna el desarrollo cognoscitivo y físico de los niños y mengua la productividad de los adultos.
La anemia es un indicador de desnutrición y mala salud. Es un problema por sí misma, pero también puede repercutir en otras problemas de salud pública en el mundo como el retraso del crecimiento y la emaciación, el peso bajo al nacer y sobrepeso y la obesidad en la niñez debido a la falta de energía para hacer ejercicio. El rendimiento escolar deficiente en los niños y la reducción de la productividad laboral en los adultos ocasionados por la anemia pueden conllevar más repercusiones sociales y económicas para el individuo y la familia.
Es fundamental caracterizar con precisión la anemia para comprender la carga que supone y sus características epidemiológicas y para planificar las intervenciones de salud pública y la atención médica a las personas a lo largo de la vida. La anemia ferropénica (por carencia de hierro) es la forma más común y a menudo se puede tratar introduciendo cambios del régimen alimentario, pero hay otras formas de anemia que requieren tratar infecciones o afecciones crónicas mediante intervenciones más amplias.
Respuesta de la OMS
La OMS elabora orientaciones para todas las regiones del mundo con miras a ayudar a reducir la prevalencia de la anemia mediante el tratamiento y la prevención. Con sus directrices, la OMS pretende aumentar la diversidad de alimentos ingeridos, mejorar las prácticas de alimentación de los lactantes y aumentar la biodisponibilidad y el consumo de micronutrientes por medio de la fortificación o la suplementación con hierro, ácido fólico y otras vitaminas y minerales. Por ejemplo, se pueden aplicar estrategias de comunicación social y de cambio conductual para mejorar los comportamientos relacionados con la nutrición. Otras intervenciones útiles son las que abordan las causas subyacentes de la anemia mediante el control de enfermedades, el agua, el saneamiento y la higiene, la salud reproductiva y las causas profundas como la pobreza, la falta de instrucción y las desigualdades de género.
En 2016, la OMS inició un proyecto quinquenal para examinar sus directrices mundiales, con la finalidad de proporcionar recomendaciones bien fundamentadas en torno a la evaluación de este trastorno en individuos y poblaciones.