Sin hacer distinciones de lugares, sino de prestar sus servicios donde resulten más necesarios y en las más grandes dificultades, es una de las premisas de los médicos. La doctora Anais Rodríguez Hernández resulta una de las heroínas de batas blancas que han engrandecido, con su aporte personal, a Cuba como potencia solidaria en tiempos de pandemia.
Durante los últimos meses muchas y decisivas han sido las horas de consagración de esta avileña, especialista en Epidemiología, salvando vidas de la COVID-19 en nuestro país y más allá también, aporte que se añade a su destacada trayectoria profesional y razón para condecorarla recientemente con la Medalla Hazaña Laboral.
Su batalla contra el nuevo coronavirus pudiera resumirse en tres partes, hasta el momento. Primero en la capacitación del personal de Salud de la provincia, luego de misión en San Vicente y las Granadinas, y después del retorno a casa en los dos hospitales provinciales.
Sobre su experiencia en la pequeña nación caribeña, Anais comenta que los tres meses y 21 días de permanencia junto a cuatro licenciados de enfermería, en representación de Ciego de Ávila, terminaron con éxito y la satisfacción ofrecida por ese gobierno y pueblo hermano.
“Allá estuvimos de asesores para el control de la enfermedad, en el establecimiento de protocolos y normativas a implementar. Pero, sobre todo, demostramos con nuestro trabajo que a pesar de las carencias materiales el Sistema de Salud cubano es de los mejores del mundo.”
Relata la doctora que no obstante al reconocimiento hacia el desempeño de la brigada, pues en ese tiempo la COVID-19 no se descontroló, sugirieron otras estrategias en la lucha contra el virus que por los valores propios de la medicina capitalista no se llegaron a implementar, como poner a la venta de los pobladores un mayor número de mascarillas o convocar a los artesanos para su elaboración.
A Anais este tipo de misiones en situaciones de desastres y epidemias no le resultan del todo nuevas, ya que como miembro fundador del Contingente Henry Reeve intervino tras las inundaciones en el estado mexicano de Tabasco y el terremoto de Haití en 2010.
Una vez de vuelta a casa luego del aislamiento y descanso, llegó el momento de sumarse a acabar con el mayor evento de transmisión institucional del territorio por aquel entonces, ocurrido en el Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola. Sin embargo, ahí no acaba la historia de la galena avileña contra el SARS-CoV-2, pues a los tres meses de controlado el evento en el centro asistencial pasó a laborar en su similar Roberto Rodríguez, de Morón, donde continúa actualmente.
La Medalla Hazaña Laboral despierta en Anais el orgullo y, a la vez, la gratitud hacia las autoridades de la provincia por el esfuerzo de tantos años, esfuerzo que no conoce de fronteras ni sacrificios cuando se trata de salvar vidas.