Infomed Ciego de Ávila
Inicio » Anuncio »

Caminar más deprisa conlleva menos riesgo de insuficiencia cardiaca

Un ritmo de marcha más rápido conlleva menos riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca, según señala un nuevo estudio observacional en mujeres posmenopáusicas.[1]

Los investigadores realizaron un seguimiento a más de 25.000 mujeres de entre 50 y 70 años durante una mediana de casi 17 años. En comparación con las mujeres que caminaban a un ritmo casual, las que lo hacían a un ritmo medio o rápido tenían un riesgo 27% y 34% menor, respectivamente, de padecer insuficiencia cardiaca.

Además, incluso una caminata rápida de corta duración (menos de 1 hora a la semana) se asoció con la misma reducción del riesgo de insuficiencia cardiaca que el doble de esa cantidad de caminata promedio o casual.

“Caminar es una forma eficaz y económica de hacer ejercicio que probablemente puede prevenir múltiples enfermedades crónicas, como arteriopatía coronaria, cánceres e insuficiencia cardiaca”, dijo a Medscape Noticias Médicas el autor principal, Dr. Charles Eaton, profesor del Departamento de Medicina Familiar y Epidemiología de la Facultad de Medicina Alpert de la Brown University, en Rhode Island, Estados Unidos.

“Se puede obtener el mismo o más beneficio caminando a un ritmo rápido, lo que se puede conseguir en un plazo más corto, que caminando más despacio durante un periodo más prolongado”, aclaró el Dr. Eaton, también director del Centro de Atención Primaria y Prevención de la universidad.

Se ha demostrado que la actividad física se relaciona con un menor riesgo de insuficiencia cardiaca, pero “aún no se ha dilucidado el efecto de los tipos específicos de actividad física”, escriben los autores. Caminar es el “tipo de actividad física más común”, señalan, especialmente para las mujeres y los adultos mayores.

“Nuestro estudio estuvo motivado por el hecho de que estudios anteriores habían demostrado que la cantidad de actividad física y de caminatas, calculada como gasto energético —horas-MET [intensidad metabólica equivalente] por semana— se asociaba con menos riesgo de insuficiencia cardiaca”, dijo el Dr. Eaton. “Pero en relativamente pocos estudios se había evaluado si la frecuencia, la duración o el ritmo (el gasto energético por sesión) marcaban alguna diferencia”.

Para investigar esta cuestión, los investigadores analizaron un subgrupo de mujeres posmenopáusicas que se inscribieron en la cohorte del estudio Women’s Health Initiative (WHI) entre 1993 y 1998 (N = 25.183; media [DE] de edad de 62,6 [7,2] años; 56% blancas, 28% negras, 14% hispanoamericanas) sin antecedentes de insuficiencia cardiaca o cáncer.

Al inicio, las participantes contestaron cuestionarios autoadministrados que proporcionaban información sobre antecedentes de salud personales y familiares, actividad física recreativa, tabaquismo, dieta y otros factores relativos al comportamiento y estilo de vida. Además, se les midió estatura, peso, perímetro de la cintura y la cadera, y presión arterial.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 20 de enero en Journal of the American Geriatric Society.

Deja un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

*

code

© 1999 - 2024 Infomed Ciego de Ávila - Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas