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El latido electrónico de un hospital bloqueado

Llegamos hasta aquí porque un hospital no solo “respira” a través de batas blancas (aunque todo reconocimiento es poco para los que las portan), sino también gracias a personas que se las ingenian para que filtros, transistores o placas de cada equipamiento técnico funcionen “como Dios manda”. Es el Departamento de Electromedicina del Hospital de Morón Roberto Rodríguez o, al menos, donde se construyen sus nuevos locales, en lo que fuese una zona en desuso del archivo.

Por eso, cuando Invasor llega a la zona de confort de los electromédicos, se colocan puertas y ventanas, se pule, enchapa, y el olor a cemento abarca todo el espacio.

Aunque parezca fácil al lado de la responsabilidad de los galenos, lo cierto es que ambas profesiones se complementan, juntas equilibran los servicios, en particular, los del hospital moronense.

Los papeles amontonados ocupan gran parte de la oficina a medio hacer de Albino Miranda Pérez, el jefe del nuevo departamento. Reconoce que posee una amplia experiencia en temas vinculados a la imagenología y deja claro que las principales misiones allí son, primero, el mantenimiento para prevenir fallas y, luego, la instalación y recuperación de equipos médicos.

“Nosotros tenemos diferentes perfiles, uno de apoyo vital, donde se reparan equipos de ventilación, máquinas de anestesia y, en sentido general, todos aquellos que funcionan directamente con el paciente en terapias intensivas, salones de operaciones, unidades cerradas…

“Otra área es de salón y vacío, donde se reparan mesas quirúrgicas, aspiradoras eléctricas…; está el local de esterilización, que es el encargado precisamente de esta central de esterilizaciones de insumos médicos. Entre los principales también se encuentra la electrónica médica, junto a imagenología, encargado de monitores de vigilancia, ultrasonidos, riñones artificiales, tomografías, rayos X…”

Cuenta también que la parte de laboratorio clínico se encarga de todo el equipamiento médico que esté ligado a los laboratorios (microscopios, centrífugas, gasómetros…) y, por último, la vigilancia tecnológica, encargada de exportar todas las solicitudes y necesidades del departamento a una base de datos.

En resumen, son los encargados de que funcione la parte técnica del hospital; tarea nada sencilla, porque resulta imposible hablar de alabanzas en el sector de salud sin contextualizar el panorama al que se ha enfrentado durante casi 62 años de Revolución, hoy en medio de una crisis sanitaria global, y con un recrudecido cerco financiero y económico.

Ahorros necesarios

El Informe sobre las afectaciones del Bloqueo a Cuba presentado el pasado mes de julio a la Asamblea General de las Naciones Unidas certifica que, desde abril de 2019 hasta marzo de 2020, han existido pérdidas en el orden de los 160 millones 260 880.00 dólares, y que los daños acumulados durante casi seis décadas de aplicación de esta política alcanzan la cifra de 3 074 millones 33 738.00 dólares, solo en el sector de la salud.

“Al país no está entrando nada, cada vez se complican más las reparaciones de los equipos, y eso atrasa el trabajo ingeniero de nosotros, porque tenemos que innovar para racionalizar piezas”, se lamenta Miranda Pérez, a la vez que menciona, con orgullo, el hecho de poder aportar desde las ciencias al arreglo de algún aparato defectuoso.

“Por ejemplo, nosotros restauramos una tarjeta LM358 que da la conductividad de los riñones artificiales. Nos costó trabajo, porque es una tarjeta con una electrónica impresa totalmente, pero pudimos dar con la falla y sustituir esos componentes.”

ElectromedicinaAlgunos de los riñones artificiales piden a gritos una sustitución inmediata

Solo con la reparación de una tarjeta de este tipo, el país se ahorra entre 6 000.00 y 7 000.00 dólares, cifra que pudiera multiplicarse, porque Albino confiesa, de manera optimista, tener “bajo la manga” otra innovación, aunque prefiere que los procesos fluyan mientras se concretan los primeros resultados. “Lo que sí te puedo decir es que va muy bien encaminado y lo vamos a lograr”.

Según Yadier Rodríguez Pérez, especialista en el equipamiento de laboratorio clínico, en el Taller Territorial de Electromedicina (a escasos metros del hospital) se capacita e imparte docencia porque, aunque muchos vienen de una formación universitaria o de otra enseñanza, no tienen mucha experiencia.

Yadier también siente el peso del bloqueo: tres de sus colegas trabajan con la misma maleta de herramientas, solo por el hecho de que Cuba no puede hacer compras en el mayor mercado del mundo.

“A nosotros se nos rompió el tubo de rayos X del tomógrafo, algo que es irreparable, y la única manera de adquirirlo es en el exterior. Solo ese tubo para hacer una tomografía multicorte cuesta 75 000.00 dólares, porque es para uso exclusivo de ese tipo de equipos.”

  • Lea: Concierto online demandará bloqueo de EE.UU. contra Cuba.

Un poco de brillo

Pese al “sofoque”, el sistema de Salud cubano garantiza que hoy el Hospital de Morón presuma de áreas con importantes inversiones tecnológicas; en especial, las relacionadas con el laboratorio clínico, imagenología, complejos servicios como hemodiálisis y el nuevo Laboratorio de Biología Molecular. Sin embargo, la imagen es otra en anatomía patológica, pues como jaranean (y, a la vez, hablan en serio) los propios técnicos, “los equipos trabajan por buenos que son”, ya que su puesta en funcionamiento data de hace 40 años.

El correcto funcionamiento de los 13 riñones artificiales presentes en la Sala de Nefrología depende del trabajo correcto de la planta de tratamiento de agua para este local que, aunque posee una pizarra automatizada, resulta una especie de Frankenstein, pues parte de sus piezas originales han tenido que ser sustituidas por pertinentes innovaciones.

Relata Albino Miranda Pérez que “esta es una planta marca Cambro y no nos entran piezas de repuesto. Las mangueras ya tenían 12 años de explotación y por ahí corren 74 libras de presión de agua, todos los días, las 24 horas. Entonces diseñamos un proyecto y restructuramos la planta con tuberías de termofusión de 40 milímetros. Reformamos todo lo que fue el lazo del pretratamiento de la planta y, luego de cuatro meses, está trabajando perfectamente.

ElectromedicinaRoley exhibe parte de las mangueras que fueron sustituidas por tuberías de termofusión

En el Departamento de Laboratorio Clínico está la más reciente adquisición del hospital moronense en materia tecnológica. Hace cinco meses fue estrenado un analizador marca Hitachi Cobas C 311, el cual ofrece un amplio menú de aplicaciones de química clínica, y con la capacidad para determinar electrodos selectivos de iones de sodio, orina y plasma.

Comenta María Magdalena López Zamora, jefa responsable de lo que ahí se analiza, que en el antiguo Hitachi 902 se podían montar 30 muestras nada más, pero que este tiene una capacidad de hasta 60, diseñado para trabajar las 24 horas del día.

Yadier agrega que “es un equipo fabricado en 2017, con un coste aproximado de 50 000.00 dólares, pero si te pones a sustituir pieza a pieza se te monta todo en 100 000.00 dólares.”

El bloqueo, una política hostil que impone el gobierno de los Estados Unidos a Cuba hace seis décadas, intenta sofocar todo proceso de desarrollo de la nación cubana. Sus daños son cuantificables, pero el dolor que provocan no. Impedir el acceso a medicamentos, equipos electrónicos o materiales quirúrgicos no tiene justificación alguna

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