Infomed Ciego de Ávila
Inicio » Artículo Científico »

La anosmia neurosensorial: relación entre subtipo, tiempo de reconocimiento y edad

El olfato es uno de los sentidos más complejos y primitivos que existen. Precisamente, en los últimos años la ciencia ha aumentado su interés investigador por el que sería el sistema sensorial menos comprendido hasta el momento.

Desde un punto de vista evolutivo, el olfato es considerado, junto con el gusto, la modalidad sensorial más antigua. En muchas ocasiones se habla de la importancia de su valor emocional y evocativo, que se asocia con las conexiones filogenéticas que este sistema presenta con el paleocórtex y zonas del sistema límbico. Así, sus axones establecen diferentes conexiones con múltiples estructuras cerebrales, siendo la corteza olfativa y las estructuras de los lóbulos temporales las más importantes. La propia anatomía del olfato lo convierte en algo singular, teniendo en cuenta que es el único sistema sensorial que no necesita realizar el relevo sináptico a nivel del tálamo antes de proyectar a la corteza cerebral. Además, esta organización diferencial permite que el olfato cuente con un papel importante en partes del prosencéfalo relacionadas con la discriminación de olores, la emoción, la motivación y ciertos tipos de memoria.

Todo este complejo entramado de relaciones hace que la aparición de disfunciones en el sistema olfatorio pueda tener importantes repercusiones en la vida del individuo. Con frecuencia, las alteraciones del olfato suelen clasificarse desde distintas perspectivas. Desde un punto de vista cuantitativo, se habla de normosmia (capacidad olfativa normal), hiposmia (reducción de la capacidad olfativa), hiperosmia (percepción exagerada) y anosmia (incapacidad olfativa). Por su parte, desde una perspectiva cualitativa, se habla de las disosmias o distorsiones de la percepción olfatoria, entre ellas la parosmia (cuando el estímulo está presente) y la fantosmia (cuando no lo está). Asimismo, otra clasificación importante a tener en cuenta es la de alteraciones olfatorias conductivas y alteraciones neurosensoriales. En las primeras existe una alteración física en la transmisión del estímulo al epitelio olfatorio; en las segundas el daño está a nivel de las estructuras nerviosas centrales.

Existen distintos tipos de anosmias neurosensoriales en función de su causa: traumática, viral e idiopática, entre otras. La anosmia traumática suele estar causada por traumatismos craneoencefálicos que además de alteraciones a nivel prefrontal pueden provocar la ruptura de los filamentos olfatorios que atraviesan la placa cribiforme. Así, el desplazamiento del hueso puede generar la sección de las fibras, produciendo alteraciones del olfato. En el caso de la anosmia viral se plantea como factor causal un daño en las neuronas receptoras olfatorias provocado por infecciones virales. Por su parte, a la anosmia idiopática se le atribuye un origen desconocido y se asocia con la aparición de enfermedades neurodegenerativas. En todos estos casos de alteraciones olfatorias, antes de planificar cualquier tipo de tratamiento o intervención, resulta necesaria y fundamental una evaluación previa que implique una valoración interdisciplinar.

Desde una perspectiva métrica, cabe mencionar el denominado olfatómetro, un dispositivo desarrollado por uno de los grupos de investigación multidisciplinar de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), en el que clínicos, terapeutas ocupacionales, psicólogos e ingenieros trabajan conjuntamente. Esta herramienta permite obtener una medida objetiva del olfato, gracias a su conexión con máquinas de resonancia magnética funcional (RMF). De esta manera, permite visualizar la activación de las distintas áreas cerebrales a partir de la presentación de un estímulo.  Además, también se han realizado avances que lo han podido compatibilizar con registros de encefalografía. En cuanto a los instrumentos de medición desarrollados hasta la actualidad destacan el University of Pennsylvania Smell Identification Test (UPSIT), el Connecticut Chemosensorial Clinical Research Center (CCCRC) y el test de Valoración de Estímulos Olfativos Cotidianos Abreviado (V.E.O.C.A.), que actualmente está en proceso de estandarización . La principal diferencia entre los tests anteriores reside en que los dos primeros abordan la alteración mediante una aproximación cualitativa, midiendo variables como umbralización, identificación y discriminación, mientras que el V.E.O.C.A. aporta una visión más cuantitativa, teniendo en cuenta los tiempos de respuesta. Sin duda, el verdadero interés de las técnicas descritas reside en la posibilidad de establecer correlaciones entre los distintos tipos de datos obtenidos. Todo ello, puede permitir obtener conocimientos clínicos más completos y así orientar mejor el proceso de rehabilitación.

La rehabilitación olfatoria resulta especialmente crucial en términos de seguridad y calidad de vida. Como ya se ha señalado, tanto la disminución como la pérdida completa de olfato pueden tener importantes repercusiones en distintas esferas vitales del individuo, interfiriendo con actividades de su vida diaria (detección de señales de peligro, productos tóxicos, evocación de recuerdos). Por ello, el objetivo de la neurorrehabilitación es el uso de herramientas y estrategias para que el individuo recupere su funcionalidad, basándose en los mecanismos de aprendizaje y plasticidad neuronal. En este campo destacan distintos enfoques y trabajos, como los de en Alemania, basados en un entrenamiento de exposición a estímulos.

La pérdida de olfato se ha relacionado con la aparición de alteraciones de memoria, que suponen una pieza fundamental en el transcurso de las enfermedades neurodegenerativas. Específicamente, uno de los tipos de memoria afectados es la de reconocimiento.

Según estudios previos, la memoria de reconocimiento estaría integrada por dos procesos cualitativamente distintos: recolección y familiaridad. El primero de ellos se caracteriza por ser un proceso lento, controlado y atencionalmente demandante, similar al recuerdo con claves, ya que requiere la recuperación de detalles concretos. Sin embargo, el segundo es un proceso más rápido y automático. Ambos han sido estudiados a través de distintos procedimientos, como el de recordar/saber de Tulving . En esta línea, estima que el proceso de recolección, debido a su naturaleza, parece estar más influido por posibles distracciones contextuales. De acuerdo con lo anterior, las personas mayores y los pacientes con daño en la corteza prefrontal, grupos de población con posibles déficits de atención, mostrarían mayores problemas en cuanto a los procesos de recolección, pero mantendrían los de familiaridad preservados al no estar sujetos a las mismas condiciones.

Desde un punto de vista psicológico, la importancia del estudio del olfato reside en esta vinculación con las enfermedades neurodegenerativas, planteándose la pérdida de olfato como un indicador precoz de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson. Aunque aún falta mucha investigación por realizar en términos de tratamientos, es cierto que existen distintas intervenciones centradas en la mejora de la calidad de vida de estas personas y sus familias, siendo el objetivo retrasar lo máximo posible su aparición. Para ello, resulta relevante, entre otras cosas, un diagnóstico precoz, en el que la pérdida de olfato, como se ha señalado, puede ser un buen indicador. Sin embargo, apenas se ha comenzado la investigación en esta dirección y aún es largo el camino que queda por recorrer.

El objetivo de la investigación ha sido el análisis de la existencia de diferencias significativas de la variable tiempo de reconocimiento (TRC), contemplada en el test V.E.O.C.A., en función de la edad y tipo de anosmia presentada por los participantes. Con ello, se pretende aportar más evidencia a algunos de los planteamientos defendidos por la literatura previa y explorar nuevos caminos de investigación sobre el objeto de estudio.

Ver artículo completo

Chaves-Morillo V, Gómez-Calero C, Fernández-Muñoz J J, Toledano-Muñoz A, Fernández-Huete J, Martínez-Monge N et al . La anosmia neurosensorial: relación entre subtipo, tiempo de reconocimiento y edad. Clínica y Salud  [Internet]. 2017  28( 3 )

Deja un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

*

code

© 1999 - 2024 Infomed Ciego de Ávila - Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas