De acuerdo a estadísticas actualizadas la población en Cuba sigue decreciendo y envejeciendo significativamente. Los bajos niveles de fecundidad indican que la nación hace 43 años se encuentra por debajo del reemplazo generacional, mientras, es alta la esperanza de vida al nacer (de 78,7 años).

Al concluir el 2020 el 21,3 por ciento (%) de los cubanos contaban con 60 años y más de edad, proporción que según las proyecciones se elevará a más del 30 % en el 2030.

En este contexto, el país actualiza su modelo económico y social en aras de una sociedad más justa, equitativa e inclusiva, a pesar de los efectos de la pandemia y del recrudecido bloqueo, económico, comercial y financiero de Estados Unidos.

Para la atención especializada a la tercera edad existen 642 Geriatras y 307 Residentes de Gerontología y Geriatría, más de 16 mil Círculos de Abuelos, 300 Casas de Abuelos, 157 Hogares de Ancianos y 53 servicios de Geriatría, a ello se suman las instituciones y el personal de salud en general con cobertura en todo el territorio.

Los adultos mayores: grupo priorizado durante la pandemia

Durante la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus se tomaron medidas dirigidas a la protección de las personas adultas mayores como grupo vulnerable a la enfermedad.

El doctor Alberto Fernández Seco, Jefe del Departamento de Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, destacó entre ellas la constante vigilancia epidemiológica, la línea de ayuda por psicólogos y las propias personas mayores, la promoción de la práctica de actividad física en el hogar y la protección social mediante la facilitación de alimentos y el cobro de las pensiones.

Asimismo, significó que se elaboraron protocolos de actuación específicos para Hogares de Ancianos y Casas de Abuelos, en los cuales se garantizó la alimentación de los más necesitados y se establecieron cuarentenas para el caso de los internos, con un esfuerzo admirable del personal de esos centros para mantenerse al cuidado de los mayores.

También se refirió a la aplicación de la Biomodulina T, desarrollada por el Centro Nacional de Biopreparados, a las personas adultas mayores y grupos vulnerables, como modulador del sistema inmune, al igual que el uso del Interferón alfa 2b humano recombinante por vía nasal.

Agregó que ese grupo etario se favoreció con el esquema de inmunización con las vacunas cubanas anti-SARS-CoV-2 y paulatinamente recibirán el refuerzo de esos inmunógenos.

Un Código más inclusivo para la tercera edad

El doctor Fernández Seco subrayó que el proyecto del nuevo Código de las Familias resulta fundamental para mejorar la calidad de vida y los derechos de los adultos mayores.

Del contenido de esta propuesta de norma resaltó la mayor autonomía para una vejez inclusiva, dada la posibilidad de que los ancianos decidan quién los cuidará o apoyará en el futuro para asuntos jurídicos, personales y patrimoniales, así como el libre desarrollo de la personalidad en la vejez.

El reconocimiento de sus derechos en el rol de abuelos y abuelas, la importancia de la comunicación intrafamiliar, la defensa ante todas las formas de violencia y la regulación de las funciones, deberes y derechos de las instituciones de protección a las personas adultas mayores son otras novedades del Código, aseguró.

Al celebrarse el pasado 10 de diciembre el Día de los Derechos Humanos, este año dedicado a la igualdad, Cuba continúa sus esfuerzos en la protección de los adultos mayores con la premisa de que, como dijera Fidel: lo más humano que puede hacer la sociedad es ocuparse de los ancianos.