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Características clínicas y epidemiológicas de los traumatismos oculares en tiempos de la COVID-19

La principal causa de morbilidad en oftalmología son los traumatismos oculares. Los pacientes pueden perder la visión de uno o ambos ojos, y en algunos casos el globo ocular.(1) Si se comparan los ojos con otras partes del cuerpo humano, estas lesiones constituyen 12 % de los traumatismos; de ahí que se consideren una de las causas más comunes de ceguera en personas jóvenes.(1) Se estima que existen aproximadamente 1,6 millones de ciegos por traumas oculares en el mundo, más de dos millones de personas con baja visión bilateral por esta causa, y alrededor de 19 millones con baja visión o ceguera bilateral relacionadas con traumas.(2)

Se considera trauma ocular la lesión originada por mecanismos contusos o penetrantes sobre el globo ocular y sus estructuras periféricas. Sus daños en el tejido ocular pueden ser de diversos grados; desde la afectación hasta el compromiso de la función visual de forma temporal o permanente.(3) Entre las causas más frecuentes de traumas oculares se encuentran los accidentes domésticos, laborales, juegos, actividades recreativas y deportivas. Los afectados son mayoritariamente niños y jóvenes de sexo masculino. El elevado porcentaje de infantes que sufren algún trauma ocular, pudiera estar relacionado con la vigilancia insuficiente de los adultos durante los juegos, o conductas potencialmente peligrosas que pueden ser factores de riesgo de accidentes. La mayoría de los traumatismos en niños se produce en el hogar, durante juegos con pelotas, palos, petardos, piedras o juguetes.(4,5)

La prevención es fundamental para evitar los accidentes oculares. Por ello es preciso divulgar las medidas preventivas por diferentes medios de comunicación, orientar a niños y adultos sobre el cuidado y protección de los ojos, y cumplir estrictamente las normas de seguridad y protección en centros laborales.

Una vez ocurrido el trauma, el diagnóstico oportuno es un pilar clave para el éxito. El tratamiento debe ser personalizado y en equipo. El seguimiento ha de ser estrecho, de modo que garantice mantener o recuperar la integridad del globo ocular, y un buen pronóstico visual siempre que no exista compromiso macular por el trauma. Antes de decidir una conducta, ya sea quirúrgica o no, el especialista debe asegurarse de contar con la experiencia, habilidades y medios necesarios para garantizar la mejor atención a estos pacientes.(6)

Una herramienta útil para el manejo de los traumatismos oculares es el sistema de terminología del trauma ocular de Birmingham (BETTS, por sus siglas en inglés). Su aplicación no está generalizada en la práctica oftalmológica de muchos países, pero posibilita que el especialista y el médico de primer contacto tengan uniformidad en la evaluación y diagnóstico de cada paciente, así como una mejor comprensión entre los especialistas al usar terminología similar. Esta clasificación se basa en el mecanismo causal, de acuerdo al agente agresor y la zona afectada; de forma resumida, clasifica los traumatismos en cerrados y abiertos según la integridad de la pared ocular.(7)

En este sentido, la puntuación del trauma ocular (OTS, por sus siglas en inglés) es otro instrumento para valorar el futuro visual del paciente después de un trauma. Esta puntuación y el BETTS, son herramientas útiles para determinar la conducta que se ha de seguir ante un traumatismo ocular.(7)

Un aspecto importante a tener en cuenta al tratar un paciente con este tipo de lesiones, son las implicaciones médicolegales de los traumatismos, sobre todo, si el trauma fue intencionado, ya sea autoinfligido o provocado por otras personas.(8)

El diagnóstico del síndrome del niño maltratado es también un reto para el médico que asiste por primera vez al menor. El examen debe ser minucioso, en búsqueda de cada síntoma y signo de alerta de maltrato. En estos casos, los traumas oculares suelen ser múltiples y variados; los más importantes son: hemorragias retinianas bilaterales o unilaterales, hematomas perioculares, hemorragias subconjuntivales, defectos pupilares aferentes y disminución de la agudeza visual en aproximadamente 20 % de los pacientes debido a las lesiones cerebrales. Se requiere, además, de una evaluación multidisciplinaria que involucre médicos y otros profesionales.(4,9,10)

Algunos autores plantean que los problemas sociales y económicos causados por la crisis sanitaria de la COVID-19 han añadido al hogar miedo, estrés y ansiedad. Esto aumenta las probabilidades de aparición de conductas de maltrato cuyas víctimas son mujeres y jóvenes,(11,12) Los adultos mayores, pacientes psiquiátricos, y alcohólicos también pueden ser blancos de conductas violentas.(12)

Dos documentos necesarios en el quehacer de oftalmólogos y otros profesionales de la salud son el certificado de lesiones y el consentimiento informado. La realización de una o varias intervenciones para restablecer la función visual o la anatomía del globo ocular requiere la aprobación del lesionado o sus tutores.(8)

En los casos de adultos mayores que sufran daños oculares por caídas, se deben sospechar demencia o delirio, y hasta enfermedades cerebrovasculares en curso. Estos pacientes deben ser evaluados de forma adecuada desde los puntos de vista neurológico y musculoesquelético, y mantenerles en observación cercana para reducir el riesgo de daño repetido.(4)

En Cuba se calcula que la ceguera unilateral por trauma alcanza 50 % y la bilateral 10-12 %.(13) La discapacidad visual y la ceguera por cualquier causa impactan de forma negativa en las esferas social, económica, psicológica e intelectual de los individuos que la padecen, y en su entorno.

En tiempos en que la pandemia de COVID-19 ha paralizado la mayoría de las actividades en el país y en el mundo, aumenta el número de personas con traumas oculares que acuden al servicio de Urgencias del Hospital Provincial de Ciego de Ávila. Por tanto, las características de los traumatismos oculares pueden variar, y especificarse por el lugar del accidente, área de procedencia y edades de los accidentados, sus causas, y aspectos relacionados con el diagnóstico y tratamiento.

El objetivo del presente estudio es describir algunas características clínicas y epidemiológicas en pacientes que presentaron traumatismos oculares en el contexto de la pandemia de COVID-19.

Ver artículo completo en

Zayas-Ribalta Y,  Mayea-Díaz DY, Herrera-Porro JA, Iserm-Rodríguez BE,  Rodríguez-Duménigo R, de la Paz-Pita R. Características clínicas y epidemiológicas de los traumatismos oculares en tiempos de la COVID-19. Mediciego [Internet]. 2022; 28

 

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